Tratamiento Alcoholismo Madrid

Tratamiento Adicción al alcohol en Madrid

El alcohol es la droga más normalizada que existe. Es legal, económica, al alcance de cualquiera y, dada la gran aceptación de la que goza en el ámbito social, hace que esté mejor considerada que otras.

Acostumbrados a escuchar los efectos beneficiosos que el alcohol tiene para el para el organismo, apoyados en gran medida por un sector de la comunidad científica, olvidamos que hay un considerable número de personas que sufren consecuencias negativas en su vida por un consumo compulsivo del mismo.

¿Qué es el alcoholismo?

Según la OMS, el alcoholismo viene definido como un conjunto de fenómenos conductuales, cognitivos y fisiológicos que pueden aparecer después del consumo repetido de alcohol. Estos fenómenos, típicamente, incluyen deseo intenso de consumir alcohol, dificultad para controlar el consumo, persistencia del consumo a pesar de las consecuencias perjudiciales, mayor prioridad al consumo frente a otras actividades y obligaciones, aumento de la tolerancia al alcohol y síndrome de abstinencia”

¿Que dice La Organización Mundial de la Salud (OMS)?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) denomina en la actualidad al alcoholismo como «síndrome de dependencia del alcohol» y está incluido en el capítulo V de la Clasificación Internacional de Enfermedades No. 10 (CIE-10).

Define esta dependencia como “un conjunto de fenómenos conductuales, cognitivos y fisiológicos que pueden aparecer después del consumo repetido de alcohol. Estos fenómenos típicamente incluyen deseo intenso de consumir alcohol, dificultad para controlar el consumo, persistencia del consumo a pesar de las consecuencias perjudiciales, mayor prioridad al consumo frente a otras actividades y obligaciones, aumento de la tolerancia al alcohol y síndrome de abstinencia”

De esta manera, el alcoholismo se define como una adicción en la que se combinan dos elementos; una necesidad física del alcohol y una obsesión mental por el mismo. Ambas confluyen en una compulsión que neutraliza el control e infravalora las consecuencias. El alcoholismo es una enfermedad que no es posible detener con la sola fuerza de voluntad. A pesar de ser una enfermedad progresiva e incurable, al igual que otras enfermedades crónicas, puede detenerse si se ponen los medios adecuados

De todas las drogas conocidas, el alcohol es la que más daño produce al organismo. El síndrome de abstinencia de alcohol, conocido como “deliriums tremens” es un de los pocos que, junto con el de barbitúricos y metadona, puede acabar con la vida de una persona.

¿Por qué consumimos alcohol?

Pues, prácticamente, porque nuestra sociedad occidental nos obliga a hacerlo. Un evento social, sin alcohol, es poco aceptable. En pocas oportunidades no se recurre al alcohol para celebrar, festejar y premiar. De igual manera, también se utiliza el alcohol para paliar disgustos, depresiones y situaciones conflictivas. Todos somos vulnerables a los efectos del alcohol. Donde hay uso, hay abuso y, hay alcohólicos

¿Qué tipo de persona usa alcohol?

Hay varias clases de consumidores de alcohol. Algunos lo hacen de manera responsable, no dañándose a sí mismo ni a los demás con su consumo y, otros, lo hacen de manera más irresponsable y corren mayor riesgo de hacerse daño a sí mismo y a otros

Se pueden dividir en tres categorías:

  • CONSUMIDORES (ocasionales o sociales)

Es la persona que no le da ninguna importancia al alcohol. Bebe ocasionalmente y no usa al alcohol por sus efectos ni lo busca. Beber no genera ningún problema para el. Puede disfrutar de un evento social sin ingerir nada de alcohol. No busca resolver sus necesidades físicas, mentales o emocionales mediante el consumo de alcohol. Nunca usa, además, ningún otro tipo de droga

  • ABUSADOR O CONSUMIDOR EXCESIVO

Esta persona da al alcohol una importancia que, realmente, no merece. Usa el alcohol todas las veces que puede, buscando sus efectos. Utiliza el alcohol para resolver su timidez, para invertirse o, para, combatir el aburrimiento. Se intoxica o embriaga con frecuencia. Busca generar situaciones que le permitan o justifique embriagarse. Cada vez que lo hace, se daña a él y a su familia o entorno. Despilfarra dinero y toma maleas decisiones en ámbitos de su vida. Lo anormal, para él, se ha hecho lo normal.

Puede llegar a tener problemas en el trabajo, familia, economía, compañeros, justicia, etc. El problema es que, si tiene la predisposición genética para ser alcohólico, su abuso le esta preparando el camino para llegar a ser alcohólico

  • ALCOHÓLICO

Alcohólico es todo aquel que manifiesta una compulsión física cuando usa alcohol. Es decir, al empezar a consumir alcohol, no puede predecir si lo consumirá de acuerdo a sus planes. O, si se apoderará de él la compulsión y no podrá parar de beber. El alcohólico no controla el alcohol. El alcohol termina por controlarle.

Consecuencias del alcoholismo

  • Consecuencias emocionales y mentales

Es la tolerancia, junto con el aumento en el uso, lo que trae los problemas severos. El alcohol en el organismo, más la neurotransmisión alterada, tiene como resultado cambios drásticos en el modo de sentir, pensar y actuar. La conciencia del adicto de que “algo anda mal” y de que “las cosas no salen bien” ha generado, para entonces, sentimientos de culpa y remordimientos. Solo logra apaciguar estas emociones a través de sus mecanismos psicológicos de defensa, como son la racionalización, la proyección y la negación. Comienza a mentirse a sí mismo, negando la realidad mientras la familia lo acusa de mentiroso, de delincuente, etc.

La persona enferma hace promesas e intenta controlar su adicción, pero fracasa. Se hunde cada vez más en sus problemas familiares y económicos, llegando, después de un largo periodo, a darse por vencido

  • Consecuencias físicas

Aparecen todo tipo de enfermedades relacionadas con el alcoholismo. Problemas hepáticos, cardíacos, diabetes, etc.

  • Daños en la memoria

Aparición de las famosas lagunas mentales. Así mismo, se constata la existencia de una memoria eufórica que hace recordar los “buenos momentos” de placer bajo los efectos del alcohol

  • Aislamiento social y espiritual

Relacionado con el “tocar fondo emocional”. El alcohólico se odia así mismo. Cree que es mejor si el no hubiese existido nunca.

¿Como se identifica a un alcohólico?

Sabiendo que el alcohólico se caracteriza por la obsesión y la compulsión que desarrolla en su forma de beber, lo que parece ocurrir es que el alcohol empieza a ocupar el lugar de los verdaderos neurotransmisores que normalmente se producen en el organismo de una persona sana y que se encuentran alterados en el organismo de una personaba enferma de alcoholismo. En la búsqueda de este equilibrio es donde se produce el deseo y la compulsión por beber más.

Debido a esta reacción bioquímica, comienza a presentarse los problemas en diferentes áreas de la vida de la persona (laborales, familiares, sexuales, etc). El alcohólico sigue usando el alcohol de manera ilógica., irresponsable, a pesar de muchas consecuencias negativas. En lugar de reconocer la relación que existe entre su consumo de alcohol y los problemas que tiene, el alcohólico insiste en que sus problemas no están relacionados con el uso del alcohol.

Diferencias entre un consumidor excesivo de alcohol y un alcohólico

El consumidor excesivo de alcohol y el alcohólico son diferentes

El primero, puede dejar de beber sin ayuda, cuando lo desee. El segundo no. Además, el consumidor excesivo no presenta negación a la hora de reconocer su manera de beber. El alcohólico siempre se justificará e intentará dar una razón convincente para que entendamos por qué bebe.

Además, en el consumidor excesivo no existe un desequilibrio químico en su cerebro antes de la ingesta de alcohol ni manifiesta autoengaño. El alcohólico siempre cree que puede controlar su consumo de alcohol aunque la evidencia esté demostrando que no es así. Intentará hacer repetidos esfuerzos para demostrar que puede controlar, pero ese control nunca llegará.

Un consumidor excesivo puede predecir de qué manera va a beber y en qué cantidad. Eso nunca ocurre en el alcohólico. El alcohólico, rompe rápidamente el compromiso y se ve superado por la bebida aun cuando ha hecho propósitos de control.

El alcohólico no puede estar tiempo sin consumir puesto que experimentará síndrome de abstinencia o de retirada. El consumidor excesivo nunca sufrirá este síndrome y nunca tendrá deseos imperativos de ingerir alcohol cuando deja de beber, como ocurre en el alcohólico.

Si algo caracteriza al alcohólico es su ingesta de alcohol en momentos inoportunos. La bebida le domina y no tiene control de su uso. Un consumidor excesivo, a pesar de que el alcohol pueda estar causando problemas en su vida, SIEMPRE mantiene la promesa con respecto a la cantidad que va beber. Si se compromete a beber un trago, solo beberá ese trago. Un alcohólico nunca podrá mantener su promesa sobre la cantidad que va a beber.

¿Cómo saber si soy alcohólico o adicto al alcohol?

El criterio que socialmente se utiliza para determinar si una persona es alcohólica, es el del consumo diario. Es decir, creemos que el alcohólico es un ser desesperado que busca beber a todas horas. De esta manera, llegamos a la falsa creencia que dice que si uno no bebe todos los días, entonces no es alcohólico.

La realidad nos dice que el hecho que algo se haga o no a diario no constituye un criterio válido para determinar si una persona es alcohólica. Como tampoco es criterio válido recurrir a la cantidad de alcohol consumida.

Entonces, ¿cuál es el criterio que debo seguir para saber si soy alcohólico?. Pues el criterio más acertado es el de revisar cómo me afecta el alcohol, tanto en el mismo momento de ingerirlo como a nivel general en su vida. Es decir, alcohólico sería aquella persona que, a pesar de tener problemas en su vida por culpa de alcohol, continúa bebiendo. Si se utiliza como criterio válido de diagnóstico del alcoholismo el para qué se usa el alcohol. Una persona tendrá la consideración de alcohólico si utiliza el alcohol, de manera problemática, con la intención de cambiar su estado ánimo por que éste le resulta insoportable.

Síntomas del alcohólico

Para identificar el problema existen signos y síntomas casi idénticos, independientemente de características demográficas, de personalidad y de heterogeneidad socio-cultural de las personas. Se han unificado criterios diagnósticos y se ha puntualizado que todos los alcohólicos:

  • Beben en exceso, no importando su estilo de beber, sus personalidades y la clase social a la que pertenecen.
  • Son personas que presentan un alto grado de obsesión, entendida esta como ese constante flujo de pensamientos orientados a la bebida, cuando beber y cómo hacerlo. La vida de esta personas tiende a organizarse en torno al alcohol
  • Suelen tener consecuencias negativas por su manera de beber y, la mayoría, continúa haciéndolo, a pesar de que su vida se vea afectada negativamente
  • Terminan presentando una falta de control sobre el alcohol y, como consecuencia, en sus vidas
  • La negación está presente en todo momento. Se entiende como negación a la dificultad que el alcohólico presenta para reconocer, primero, que el alcohol es un problema que no puede controlar y, segundo, admitir que los problemas que aparecen en su vida están directamente relacionados con su manera de beber
  • Desarrollan tolerancia, entendida ésta como la necesidad creciente de alcohol para conseguir la intoxicación o el efecto deseado o, también, la disminución del efecto de la misma cantidad de alcohol debido a su uso continuado
  • Presentan abstinencia, es decir, necesidad de ingestión de alcohol una vez que este ha sido retirado.
Fases del Alcoholismo

Fases del Alcoholismo

PRIMERA FASE: DE BEBEDOR SOCIAL A FASE PRE-ALCOHÓLICA

  • El beber ya no cumple un fin social, sino que la persona utiliza el alcohol para satisfacer una necesidad o para aliviar una emoción.
  • La cantidad de alcohol que ingiere, aumenta más de lo que beben los que lo rodean; va perdiendo algo de la responsabilidad en su modo de tomar. Habla frecuentemente del alcohol, y piensa, más y más en éste.

SEGUNDA FASE: ETAPA SINTOMÁTICA

  • Experimenta lagunas mentales, olvidándose de lo que paso el día anterior. Su forma de beber comienza a cambiar, toma tragos de un solo golpe; toma antes de ir a fiestas; comienza a sentir el malestar al día siguiente, el cual, con cada nueva borrachera, se va haciendo peor. La familia comienza a notar que algo anda mal, y quizás sus amigos del trabajo le han llamado la atención de que está tomando demasiado.
  • Pero a pesar de los comentarios, sigue tomando, sólo que trata de hacerlo más privadamente, de ocultarlo.

TERCERA FASE: LA FASE CRÍTICA

Etapa temprana de la fase critica

  • La pérdida de control se experimenta claramente. Bebe compulsivamente; pero hay inconsistencias en las experiencias de pérdida de control. Hay veces en que se comporta normalmente y es capaz de parar de beber cuando quiere, mientras que en otras ocasiones, no puede hacerlo. Esta pérdida de control va aumentando de manera progresiva.
  • Con las alteraciones cerebrales y corporales, la tolerancia aumenta cada vez más y el individuo sigue acrecentando las dosis, para poder sentir los efectos que busca.
  • Presenta una variedad de excusas y razones para explicar su comportamiento, justificar sus excesos en la bebida. Sus mecanismos de defensa le ayudan a justificarse, y tiende a echarle la culpa a otros de sus problemas.
  • Comienza la necesidad de la bebida por la mañana, para contrarrestar el malestar que él experimenta con el síndrome de la abstinencia.

Etapa avanzada de la fase critica

  • Puede surgir cambios de personalidad muy drásticos y graves. En esta etapa, una personalidad pacifica puede llegar a ser destructiva, violenta, hostil, paranoica, y hasta peligrosa. El alcohol está llegando a producir daños más avanzados.
  • Experimenta conflictos en el trabajo, con su familia, y con todo el que le rodea, en general.
  • Al final de este período, la pérdida de control no se limita a una sola noche de vez en cuando, sino que el alcohólico empieza a beber durante varios días seguidos, sin parar. El síntoma más indicativo del rápido avance de su adicción, es que la pérdida de control es tal, que tiene que quedarse en cama los lunes, por ejemplo, y no ir al trabajo. Comienza a beber desde el viernes, y no puede parar el lunes. Van aumentando los días en los cuales no puede funcionar como antes. (Una excepción, son las personas de muchos recursos o en altos puestos administrativos, quienes pueden llegar al trabajo tarde, pero tienen maneras de “excusarse” o “esconderse” detrás de secretarias, o asistentes.) pero en la mayoría de los casos, la persona comienza a tener problemas serios para sobrevivir, y no dejarse ver por los demás. Está dejando de ser un bebedor periódico, para convertirse en un bebedor diario. Progresivamente se le va haciendo más difícil mantenerse sin ingerir alcohol, porque va aumentando la alteración de ciertas sustancias químicas de su cerebro (neurotransmisores.)
  • El último síntoma indicativo de esta etapa avanzada de la enfermedad, es la pérdida de la tolerancia. Es decir, que poco a poco la persona se va embriagando cada vez con menos cantidad de alcohol.

CUARTA FASE: LA FASE CRÓNICA

En esta fase la necesidad de la droga es fulminante. La persona tiene que tomar todos los días para sentirse bien físicamente.

  • Bebe sin cuidado de todo lo demás: hijos, familia, comida y trabajo. Para sobrevivir, tiene que tomar.
  • Tiene temblores en las manos y en el cuerpo cuando no tiene alcohol dentro de su organismo.
  • Siente la preocupación constante de cómo conseguir su dosis de alcohol.
  • Su baja tolerancia se hace obvia. Unos pocos tragos producen en él efectos muy fuertes. Usa este dato para seguir en el autoengaño y la negación a veces.
  • Tiene resentimiento fuerte contra todos y autocompasión patológica para sí mismo. Está en un callejón sin salida, lleno de miedo y de ansiedad.

Las fases más engañosas son las primeras. A veces resulta muy difícil de reconocer y distinguir entre la persona adicta y la persona consumidora. Una de las claves más efectivas para identificar al adicto, es la existencia de lagunas mentales. La experiencia nos ha demostrado que en la mayoría de los casos, la manifestación de lagunas mentales indica que existe una predisposición para el alcoholismo. Los jóvenes que toman y luego se vuelven alcohólicos o adictos, cuentan que sus primeras lagunas mentales ocurrieron durante sus primeras experiencias de intoxicación. Las tuvieron cuando aun poseían control sobre su consumo de la droga, pero no sabían que era un posible síntoma de alcoholismo. A su vez, no sabían que las lagunas mentales son de muy corta duración al principio de la enfermedad, pero que pueden llegar a durar hasta días en etapa avanzada.

Fases del programa de Momento

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Fases del tratamiento del Programa de Momento

  1. Intervención:

La intervención es un servicio innovador que se presta en aquellas ocasiones en las que el paciente presenta resistencia a recibir ayuda. Se lleva a cabo por uno o varios terapeutas en coordinación con la familia y/o personas allegadas, con el objetivo fundamental de conseguir que la persona entre en tratamiento.

Los estudios señalan inequívocamente que para que un tratamiento en adicciones sea efectivo no es necesario que la persona que lo recibe esté motivada a cambiar cuando empieza a tratarse. Por ese motivo, lo esencial es que la persona consiga llegar a tratamiento.

  1. Desintoxicación:

Debido al enorme coste físico y emocional que el síndrome de abstinencia produce en la persona adicta una vez interrumpe la ingesta de alcohol o drogas, se hace necesario un proceso de limpieza de tóxicos con anterioridad al ingreso en un programa de tratamiento.

Durante el proceso de desintoxicación se utilizan medicamentos para disminuir el disconfort que la persona experimenta. La supervisión médica es necesaria debido a que el síndrome de abstinencia, en determinadas circunstancias, puede hacer peligrar la vida de la persona que inicia su tratamiento.

  1. Tratamiento:

Un tratamiento en adicciones tiene dos objetivos fundamentales e inseparables: por un lado, conseguir y consolidar la abstinencia de todo tipo de sustancias y comportamientos; por otro, iniciar un cambio profundo en la manera de vivir, pensar, sentir y actuar del adicto.

Para conseguir estos objetivos, los diferentes tratamientos proveen al adicto de terapias de grupo, terapia individual, clases psicoeducacionales, asistencia a grupos de 12 pasos, así como diversas actividades físicas y de ocio.

Teniendo en cuenta las necesidades particulares de cada paciente, podemos distinguir varios tipos de tratamiento según requiera vivir en el centro de tratamiento –residencial-, o pueda seguirlo pernoctando en su domicilio -no residenciales-

Programas Residenciales

Programa residencial general

El paciente vive en el centro de tratamiento por un espacio aproximado de 3 meses y sigue un programa libre de drogas dirigido a personas con problemas de adicción tanto a sustancias (alcohol, drogas) como a conductas adictivas (juego, sexo, compras compulsivas y otras).

Las personas que necesitan este tipo de tratamiento han dejado de contar con un estilo de vida funcional (abandono de estudios, ausencias o despidos del trabajo, pérdidas de pareja por el consumo). Presentan un alto riesgo de consumo de sustancias y/o conductas adictivas si no son protegidos constantemente (24h.) y requieren de una terapia estructurada que aborde la complejidad emocional que presentan. una vez finalizada la fase de ingreso, el paciente continua su proceso terapéutico a través del Centro de Día y/o Tratamiento Ambulatorio.

Programas No Residenciales

Centro de día

Este programa se asemeja en contenido y duración al programa residencial general, con la diferencia que la persona que lo recibe no reside en el centro de tratamiento, al gozar de un entorno seguro y tendente a mantener su abstinencia durante todo el proceso terapéutico.

Programa Ambulatorio

La persona recibe 9 horas de terapia divididas en tres días a la semana. Está dirigido a personas con problemas de consumo no crónico de sustancias o comportamientos compulsivos que gozan de estructura vital estable.

Terapia individual

Enfocado a personas con una abstinencia duradera y una vida estable, que quieren continuar su proceso de cambio personal.

Postratamiento

Una vez terminado el tratamiento, conseguida la abstinencia e iniciado el cambio personal del paciente, se prestan diversos servicios enfocados a consolidar su recuperación:

Grupo de postratamiento

Servicio semanal enfocado a todos los pacientes y personas que se encuentren estables y abstinentes de todo tipo de drogas y/o comportamiento compulsivo.

Casa de medio camino

Alojamiento protegido para personas que hayan terminado tratamiento y quieran asegurarse un entorno seguro, tendente a la recuperación. Se incluye un número de horas de terapia (entre 2 y 4).

Casa sobria

Al igual que la casa de medio camino, la casa sobria es un alojamiento protegido para personas que han terminado tratamiento y quieren asegurarse un entorno seguro, tendente a la recuperación. No incluye horas de terapia.