Adicciones Químicas

Adicciones Químicas o con sustancia que tratamos en Momento

¿Qué es una adicción química?

La adicción o la dependencia química (también denominada dependencia a sustancias, drogadicción o alcoholismo) es una enfermedad primaria de alteraciones neuroquímico-eléctrica del cerebro en el sistema nervioso central, caracterizada por la compulsión, la pérdida de control y la tendencia a la recaída.

La enfermedad afecta todo el cerebro. Concretamente, genera un desbalance en los neurotransmisores del sistema límbico (con énfasis en el núcleo acumbens) y en los circuitos mesolímbicos dopaminergicos en la parte del cerebro que controla los instintos animales primarios (comer, beber, sexo, etc) y el centro de la auto-preservación de la especie).

La destrucción de la química natural que ocurre con el uso repetitivo de las sustancias hace que el cerebro, equivocadamente, busque, en la sustancia, el equilibrio de los neurotransmisores desbalanceados.

En su búsqueda de ese balance (homeostasis), esta parte cerebral que controla los instintos y la parte de la supervivencia de la especie, comienza a consumir la sustancia compulsivamente, obsesionando al adicto con la idea de la obtención de la sustancia. Para este cerebro enfermo, la obtención de la sustancia se convierte en una necesidad tan primaria como comer o beber, hasta el punto de llegar a creer que, de no obtener la sustancia, estaría en peligro su propia auto-preservación.

Esta parte del cerebro, concibe el uso de la sustancia como una medida necesaria para manejar la vida y funcionar de manera correcta. De esta manera, así como la COMPULSION se presenta como herramienta para corregir el desbalance químico en el cerebro, la OBSESION aparece inmediatamente como resultado del mensaje equivocado que esa parte del cerebro recibe (la droga es necesaria para la vida). Una vez que la química natural del cerebro se va destruyendo, aparece la NEGACIÓN, haciendo que la persona pierda su capacidad de pensar, sentir y manejarse con normalidad. Por último, el adicto desarrolla un AUTOENGAÑO que le permite explicar todas aquellas dificultades que sufre (normalmente, culpando a otros de su desgracia)

Si a todo lo anterior, le añadimos el uso de mecanismos de defensa para manejar las emociones, la pérdida de control, cada vez mayor, sobre la sustancia, y la parte mental de su enfermedad, que lo saca de la realidad y le refuerza su negación, el resultado es la aparición de graves problemas emocionales, mentales, sociales y espirituales.

De acuerdo con ASAM (Asociación Americana de Medicina de la Adicción):

  • Es una enfermedad primaria, crónica, con factores genéticos, psicosociales y, ambientales, que influyen en su desarrollo y en sus manifestaciones. La enfermedad es frecuentemente progresiva y fatal. Se caracteriza por presentar episodios continuos o periódicos de descontrol sobre el uso, uso a pesar de consecuencias adversas y distorsiones del pensamiento, concretamente, la negación de su problema real.
  • Primaria se refiere a la naturaleza de la adicción como entidad patológica separada de otros estados patofisiológicos que pueden estar asociados. La adicción no es un síntoma de otro proceso patológico subyacente.
Adicciones químicas adicción a las drogas

¿Qué tipos de adicciones químicas hay?

Adicción al alcohol (alcoholismo)

  • Aunque el alcohol es una droga y, además, la más peligrosa que existe), vamos a darle un epígrafe propio debido a la gran cantidad de personas que están afectadas por esta adicción. El alcoholismo es una adicción que se caracteriza por la necesidad física de consumir alcohol y la obsesión mental por el mismo. El alcoholismo es una enfermedad que no es posible detener con la sola fuerza de voluntad. El individuo no puede controlar el consumo de alcohol: toma alcohol en exceso y ello interfiere con sus relaciones familiares y de trabajo. Auto-evaluación sobre alcoholismo.

Adicción a Drogas

  • Entendida ésta adicción como el consumo repetido de una sustancia que lleva a un estado de intoxicación periódica crónica a pesar de las consecuencias negativas que le supone. Dentro de este apartado, englobamos la adicción a la cocaína, adicción a la heroína y demás opiáceos, adicción al cannabis (marihuana, porros, etc.), adicción a las anfetaminas y derivados, adicción a los barbitúricos, adicción a los alucinógenos y adicción al resto de sustancias psicoactivas

Adicción a los medicamentos (farmacodependencia)

  • Dependencia física o psicológica que impulsa al individuo a consumir fármacos, ya sea para sentir placer, evitar malestar o sentir que pertenece a un grupo social.

¿Qué consecuencias tienen la adicción a las drogas?

Consecuencias emocionales y mentales

El cambio que se produce en el equilibrio químico del cerebro, trae como consecuencia el cambio drástico en el modo de sentir, de pensar y de actuar. Los sentimientos de culpa y remordimientos que se generan sólo son apaciguados por mecanismos psicológicos de defensa tales como la racionalización, la proyección y la negación. El adicto comienza a mentirse a sí mismo, negando la realidad mientras la familia lo acusa de mentiroso, delincuente, etc.

La persona enferma hace promesas e intenta controlar su adicción, pero fracasa. Se hunde cada vez más con sus problemas familiares y económicos llegando, generalmente, después de un largo período de consumo, a darse por vencido

Consecuencias físicas

El deterioro físico cada vez se va haciendo más notable. A éste se une, rápidamente, el deterioro moral. Cada vez se torna más difícil mantener un nivel estable. Aumentan los miedos y temores y disminuyen las esperanzas. Se sigue recurriendo al consumo de sustancias de manera descontrolada. La persona, no puede parar de consumir. La locura del adicto no consiste en lo que hace cuando está bajos los efectos de la sustancia. Radica en el hecho que no se da cuenta que es el consumo de la sustancia el origen de sus problemas. Su locura consiste en el permiso que se da a sí mismo para volverla a usar

Daños en la memoria

Se manifiesta a través de las lagunas mentales. De igual manera, el adicto goza de una “memoria eufórica “que le hace recordar los “buenos momentos” de placer bajo los efectos de la sustancia. De esta manera, el adicto se adentra, cada vez más, en un mundo de confusión, ansiedad y miedo.

Aislamiento social y espiritual

Ese aislamiento social le hace sentir períodos de soledad y depresión. Su conducta “inmoral” hace que se odie a sí mismo. Le sobreviene una angustia existencial que le hace penar que sería mejor si no hubiera existido. Este es el llamado “fondo emocional del adicto”. Este es el momento en el que, de no realizarse una intervención necesaria para salvarlo, la enfermedad puede llegar a ser fatal

¿Es necesaria la desintoxicación?

Todo procedimiento de intervención en materia de adicciones se compone, al menos, de la etapa de desintoxicación, entendida como el proceso de eliminación en una persona de los efectos físicos de una sustancia (alcohol, droga),

De esta manera, cuando nos referimos al término desintoxicación, se debería considerar, exclusivamente, el aspecto físico. Es decir, la utilización de medios médicos para lograr «limpiar» el cuerpo.

Sin embargo, en nuestro país, utilizamos este término para definir, no solo la etapa de eliminación de efectos físicos de una sustancia, sino todas las demás etapas que componen la totalidad del proceso terapéutico (tratamiento y seguimiento o post-tratamiento).

La desintoxicación física con ayuda médica no es en sí un tratamiento, sino que es apenas el primer paso en el proceso de tratamiento. Muchas instituciones ofrecen una solución al problema de la adicción desde el primer ámbito de actuación: la desintoxicación física, vistiendo este proceso como si de un auténtico tratamiento de adicciones se tratara.

El proceso de desintoxicación

Un proceso de desintoxicación de adicciones, como tal, tendría que cumplir los siguientes objetivos:

  1. Liberar al organismo de los efectos residuales tóxicos agudos de las sustancias.
  1. Liberar al organismo de la dependencia fisiológica aguda asociada con el consumo crónico de sustancias psicoactivas.
  1. Disminuir el malestar que puede producirse durante la abstinencia.
  1. Proporcionar un tratamiento seguro y humanizado para ayudar al individuo a superar la abstinencia.
  1. Facilitar al individuo la posibilidad de compromiso con un tratamiento de adicciones en las diversas modalidades que le sean ofrecidas o que mejor respondan a sus necesidades.
  1. Detectar cualquier problema médico que pueda presentarse y realizar los tratamientos o derivaciones más apropiados.
  1. Educar al usuario en los aspectos relacionados con la salud y la prevención de las recaídas, y explorar aspectos relacionados con su familia, actitudes vocacionales y legales que requieran ayuda.

En conclusión. La desintoxicación física es el primer paso hacia una recuperación de la enfermedad de la adicción. Si lo que se persigue es un cese a largo plazo del consumo de sustancias psicoactivas y un cambio duradero en el estilo de vida de la persona, la desintoxicación física resultará insuficiente si, a continuación, no se complementa con un tratamiento especializado en adicciones.

¿Qué tratamiento ofrece Momento para una adicción química?

El Programa de Tratamiento de Adicciones que MOMENTO ofrece, aborda la adicción como una enfermedad compleja que afecta tanto al funcionamiento del cerebro como al comportamiento de la persona. Es un tratamiento de fácil acceso que, con un enfoque bio-psico-social, atiende, no solamente el consumo de sustancias y/o conductas adictivas, si no también, las diferentes necesidades de la persona

En MOMENTO, consideramos que la permanencia en el tratamiento durante un período adecuado es esencial para la eficacia del mismo. Creemos que el ingreso al tratamiento no debe ser voluntario para que sea efectivo. Nuestro trabajo está basado, fundamentalmente, en la terapia de grupo y en la terapia individual.

La metodología de nuestro programa permite el abordaje de patologías duales, apostando siempre por un tratamiento basado en el menor uso farmacológico posible, en aras de proteger y garantizar un estado de conciencia tanto mental como emocional de la persona. No obstante, garantizamos un uso terapéutico responsable de los fármacos, supervisado estrechamente por un equipo clínico especializado.

Si quien la padece no quiere recuperarse, ¿hay alguna alternativa?

Sí, existe un procedimiento terapéutico denominado “Intervención en crisis”.

La intervención consiste en la elaboración de una serie de estrategias encaminadas a que la persona con problema de adicción o con consumo problemático de sustancias o conductas adictivas, rompa su negación sobre su problema y decida pedir ayuda para ser tratado profesionalmente.

En este sentido, la intervención tiene por objetivo crear una crisis emocional en la persona para que llegue pronto a concienciarse de su problema y busque ayuda antes de que su enfermedad siga progresando y comiencen a presentarse problemas mucho más serios

Las alteraciones que las sustancias psicoactivas producen en la química y en la electricidad cerebral impiden el funcionamiento normal del cerebro, haciendo que el modo de pensar, sentir y comportarse del adicto, esté totalmente alterado. La necesidad de la sustancia para establecer un equilibrio en su cuerpo y en su personalidad (homeostasis), hace que el uso de la droga llegue a ser tan importante para la dicto como la vida misma. El centro instintivo de su cerebro le pide alivio y hace que vea la sustancia como algo imprescindible para sobrevivir.

En respuesta a este mecanismo, mentalmente se convence de que, responder esta necesidad tan básica para él, es racional y lógico. Pero está experimentando lagunas mentales que no le permiten acordarse de muchas cosas. Su memoria eufórica también contribuye a bloquear, en su conciencia, lo negativo del consumo de la sustancia. Sin embargo, quienes estamos observando la conducta del adicto, lo vemos progresivamente más enfermo, irresponsable e irracional. Cuanto más responde a su instinto animal, menor es el control que ejerce sobre su naturaleza humana y racional, pero él, no es consciente

El síntoma mental más importante en el adicto es el de la negación. Existe una forma de pensar y sentir en el adicto que lo lleva una total negación de la realidad de su problema. El uso de los mecanismos de defensa inconscientes, apoyados por emociones alteradas y daños de la memoria, hace que se auto engañe frecuentemente. Ve a los que le rodean como los responsables de su uso de la droga y de las consecuencias adversas que está sufriendo. No ve que la causa de sus problemas es su adicción. Entonces, no recibe claramente la necesidad de dejar de consumir la droga o de entrar en tratamiento. Cuando se le sugiere que busque ayuda, no quiere.

Incluso en etapas más avanzadas, cuando la negación está destruida y el adicto llega a reconocer su enfermedad, es incapaz de salir de lo que le parece un callejón sin salida. Cuando se le sugiere que busque ayuda, no sabe cómo o dónde encontrarla y, lo que es peor, siente que no puede. En ambos casos hace falta que se le socorra con una intervención. Es preferible que ésta se realice en etapas tempranas de la enfermedad, porque a pesar de estar vigente la negación, el adicto sigue funcionando más o menos normalmente. Tenemos que recordar que esta es una enfermedad primaria, progresiva, crónica y, en ocasiones, mortal, por lo que, cuanto más temprano se intervenga, mejor.

La intervención de un profesional en adicciones, puede ser clave. Su participación no sólo ayudará al adicto o la persona con problemas de consumo o de conductas adictivas a reconocer su extrema necesidad de tratamiento, sino que, además, enseñará a los seres queridos sobre cómo ayudar a la persona con su problema.

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