Adicción a las drogas de diseño

Las drogas de síntesis empezaron a comercializarse en los años noventa bajo la sugerente denominación de “drogas de diseño”. Ante los estragos causados por la heroína entre la juventud española en la década de los ochenta, las redes de distribución de drogas aprovecharon esta coyuntura para introducir este nuevo tipo de droga.

Bajo esta denominación se encuentran diversas sustancias, siendo el MDMA o extasis, -también llamado “pastillas, pirulas o su presentación líquida GHB”-, la más representativa. Con este tipo de droga se intentó trasmitir una imagen asociada al baile, la diversión y a la sensualidad, cosa que captó rápidamente la atención de muchos jóvenes. Se enfatizó además que esta droga no causaba daños mayores ni producía dependencia. No obstante, es sabido que muchas de las urgencias médicas atendidas respondían a personas que habían consumido éxtasis y presentaban cambios drásticos en la temperatura corporal y deshidratación –conocido como “golpe de calor”-.

Lejos de la inocuidad que se predicaba, las drogas de síntesis son sustancias químicas muy peligrosas. Muchas veces, con una composición desconocida, pueden producir daños irreparables en el cerebro (sistema nervioso central) y crear, en sus consumidores habituales, una fuerte dependencia psicológica.

Otra sustancia asociada a las drogas de diseño es la ketamina, que como anestésico disociativo, se usa de forma normalizada en procedimientos médicos y veterinarios.  A pesar que el consumo de esta droga suele ser ocasional, cuando se usa de forma diaria produce una rápida tolerancia junto con una profunda dependencia psíquica.

La persona que consume esta droga está menos conectada consigo mismo y con el entorno que le rodea. Su uso produce la despersonalización del consumidor a la vez que alucinaciones, delirio y ocasionalmente experiencias místicas. Los efectos tóxicos incluyen depresión respiratoria, incremento del ritmo cardiaco, convulsiones  y, en algunos casos, el coma y la muerte.

Una característica habitual de las drogas de diseño es que su uso y abuso se combina con otras drogas (como la cocaína, las anfetaminas, el cannabis y el alcohol), lo que en ocasiones produce un efecto letal.