Para establecer un diagnóstico en base a los tres criterios mencionados, este patrón debe ser lo suficientemente severo como para afectar la vida personal y social del individuo y debe manifestarse durante al menos 12 meses.

Si tu Hijo cuenta con estos patrones de conducta puede tener una dependencia a los videojuegos.

Pérdida del control sobre el juego

Esto quiere decir que la persona no es capaz de controlar su conducta en este sentido. Es decir, no puede limitar la cantidad de horas que pasa desempeñando esta actividad ni con qué frecuencia lo hace.

Priorizar el juego por sobre cualquier otra actividad

En una persona adicta, el juego se impone sobre el resto de los intereses y actividades diarias, que quedan relegadas a un segundo plano.

Continuación o aumento del juego

Aunque el jugador se vea afectado de forma negativa por este comportamiento, continúa jugando o incluso aumenta la frecuencia y la cantidad de tiempo en que lo hace.