En nuestra experiencia con familiares de adictos, uno de los primeros objetivos necesario a abordar es la visión que tienen sobre las adicciones.

Lo primero que como terapeutas debemos tener en cuenta, es el sufrimiento al que estas familias han estado expuestas en ocasiones durante años. Por este motivo, nuestra labor inmediata se centra en sostener y validar las emociones con los que estas personas comienzan la terapia.

A menudo se sienten confusos y albergan sentimientos contradictorios con el familiar adicto. El amor que sienten por un lado está profundamente contaminado por la ira y el resentimiento propio de un familiar que ha vivido con frustración e impotencia los sucesos y consecuencias de la adicción.

Violencia física y psicológica, robos, infidelidades, tensión, miedo, etc..son algunas de las circunstancias que se viven en el seno de una familia en la que hay un adicto.

El terapeuta debe dar el tiempo necesario para que el familiar pueda sentir que el espacio de terapia es seguro, ausente de juicio y se sienta comprendido. De este modo, le iremos preparando, para reestructurar algunos esquemas mentales que surgen fruto de la convivencia con el adicto, así como aclarar ciertos juicios sociales sobre las adicciones que suelen estar muy arraigados en ellos.

Debemos entender el desconcierto que muchos familiares sienten cuando el adicto les hace un daño emocional o material que les afecta directamente. Los familiares llegan a la conclusión de que alguien que es capaz de gestionar y organizar un plan tan elaborado para consumir (o realizar el acto adictivo en el caso de las adicciones conductuales como el juego), es una persona capacitada para frenar cuando lo desee. Es ahí donde radica el error.

A menudo los familiares hablan en terapia de que el adicto es un vicioso, que hace daño de manera intencionada y que podría parar de consumir cuando quiera.

La palabra vicio deriva del latín vitium, que significa defecto o falta en la conducta. Vicio en lo moral hace referencia a hábito de obrar mal y en lo concerniente a la adicción vicio como hábitos poco naturales o perniciosos.

Esta definición de la adicción causa un gran estigma al adicto y también a sus familiares. En primer lugar, atribuye al primero una intención consciente de hacer daño o dañarse a sí mismo, que no tiene en cuenta los mecanismo neurobiológicos 1 que intervienen en las adicciones, así como que el consumo se vive como agradable por el paciente, sin tener en cuenta el sufrimiento de éstos que se encuentran condenados a repetir patrones de consumo que en muchos casos no quieren. Por otro lado, esta definición de adicción como vicio, habla de ello como una elección del paciente sin mención alguna a la enfermedad que atañe, siendo recogida como tal desde 1987 por la Asociación Americana de Medicina de la Adicción (ASAM) y la Asociación Americana de Medicina (AMA).

Para que los familiares vayan pudiendo incorporar una nueva visión de la adicción, es necesario atender a las emociones que albergan relacionadas con el adicto y su consumo y al mismo tiempo facilitarles herramientas de comprensión mediante psicoeducaciones que les ayuden a entender qué enfermedad tiene su familiar a nivel emocional y neurobiológico, qué ayuda pueden ofrecer y comenzar desde ahí a gestionar su propias dificultades co-dependientes 2.

1.Recomiendo visualizar https://www.youtube.com/watch?v=R1Uub1JABP4. En este vídeo Nora Volkov,Psiquiatra especializada en estudiar el cerebro adicto, Directora del Instituto Nacional sobre el abuso de drogas, explica estos mecanismos a los que hago referencia.
2. Hablaremos de ello en posteriores artículos, Recomiendo Libérate de la codependencia.)Ccómo dejar de angustiarte, de controlar y de vivir pendiente de los problemas de los demás. y cómo comenzar a ocuparte de ti mismo. Melody beattie, 2009 También resulta de interés La codependencia: que es, de donde procede, como sabotea nuestras vidas Pia mellody; andrea wells millar; j. keith millar , 2005.
REFERENCIAS