Locales de apuestas deportivas y páginas de apuestas online

Junto con la proliferación de las casas de apuestas durante estos últimos años ha aumentado, exponencialmente, el número de usuarios de las mismas y, más concretamente, el de los jóvenes. Con ello, se genera una nueva problemática en relación a la adicción al juego. El perfil del adicto a las apuestas, ha cambiado. De ser una mayoría de adultos varones de entre 30 y 40 años los que presentaban a una adicción a las apuestas, ahora se trata de una mayoría de jóvenes con edades comprendidas entre los 15 y 33 años.

Las apuestas deportivas se han convertido en la nueva y principal puerta de entrada de los jóvenes a la ludopatía.

A día de hoy, se calcula que entre un 1% y un 2% de los adultos tienen adicción al juego, Si hablamos entre adolescentes, las cifras rondan entre un 3%  y un 8%.

Es importante estacar  que la ubicación de estos establecimientos dedicados a las apuestas deportivas se halla, fundamentalmente, en los barrios con menor poder adquisitivo.

De este modo, los distritos con una renta económica más baja, han visto crecer el número de establecimientos de apuestas de una forma alarmante. La estrategia de estos locales es muy simple: Satisfacer, a través de una ganancia fácil y rápida,  la necesidad económica imperante a cambio la apuesta de una pequeña cantidad de dinero. Aunque la realidad nos demuestra que, a la larga, se pierde con creces.

En estos establecimientos se siguen estrategias tales como no poner relojes, servir comida gratis y bebidas alcohólicas a precio de coste, con la finalidad de hacer que los usuarios pierdan la noción del tiempo y resultar accesibles para los más jóvenes.

Otro rasgo llamativo, es la cercanía de estos lugares a los colegios e institutos, y la falta de rigor en el cumplimiento de la edad de entrada fijada por la ley.

Muchas asociaciones de apoyo a ludópatas han denunciado ya, la cantidad de publicidad y el márketing de las apuestas deportivas, ya que en muchos casos está deliberadamente dirigido a los chavales. Por no hablar de las invitaciones a refrescos o incluso a alcohol, y las comidas con que estas salas suelen premiar a sus clientes habituales, sin importarles su edad.

Estos locales de apuestas han tomado el relevo de los centros recreativos, convirtiéndose en un lugar común de reunión de adolescentes.

 

Las apuestas online.

Este incremento de locales de apuestas, está en consonancia a su vez, con el aumento de las apuestas que se realizan a través de Internet.

A pesar de que la ley prohíbe a los menores de edad apostar, la legislación rara vez se cumple, tanto en los locales de apuestas como en las paginas dedicadas a los juegos online. Además, la vigilancia es escasa. En muchos casos, emplean a cualquier amigo mayor de edad para que ceda sus datos a los menores para que estos puedan apostar.  Incluso, roban los datos de sus padres para que los casinos online les permitan el acceso.

La ausencia de control y la facilidad que las nuevas tecnologías ofrecen, convierten el juego online en un sector altamente peligroso para los más jóvenes, que pueden realizar apuestas desde cualquier lugar, a cualquier hora, sin dar explicaciones e invirtiendo pequeñas sumas de dinero en un principio.

Ese es el principal motivo por el que el juego online resulta todavía más peligroso que el juego presencial y conlleva un mayor riesgo de generar adicción en un tiempo record.

Todo aquel que entra y prueba en una página online de apuestas, está expuesto al riesgo de engancharse al juego. Muchos de estos jóvenes, piensan que han encontrado una manera fácil de ganar dinero. En un comienzo, se apuestan pequeñas cantidades, pero rápidamente se pierde el control.

El principal impulsor de estas apuestas online es la publicidad. Un sinfín de anuncios animan a los jóvenes a acceder al juego a través de plataformas online. Además, muchos negocios de apuestas, contratan a reconocidos deportistas y actores como imagen de sus negocios, con el fin de captar una mayor atención de los nuevos usuarios. Otro ejemplo destacable de la publicidad descarnada son los partidos de fútbol, donde las cadenas privadas, emiten un sinfín de anuncios incitando a las apuestas, antes, durante y después de los partidos.

Muchos de los jóvenes que terminan generando una adicción a este tipo de apuestas, tardan mucho tiempo en darse cuenta de la magnitud de su problema. Al principio, apostar les gusta porque en alguna ocasión les reporta algo de dinero y obtienen una recompensa. Y poco a poco el pasatiempo se va convirtiendo en una costumbre y aparecen los síntomas de la adicción:

  • Sienten una necesidad de aumentar cada vez más el tiempo que dedican a apostar y se sienten incapaces de abandonar las apuestas.
  • Sienten malestar al apostar menos o al dejar de apostar.
  • Fantasean todo el tiempo con dichas apuestas.
  • Realizan apuestas a escondidas
  • Continúan jugando, a pesar de haber perdido grandes sumas de dinero
  • Continúan apostando, aunque esto interfiera en las relaciones personales o académicamente.

 

Cuando la Afición se transforma en adicción

Una afición es forma de entretenimiento y diversión, en la que la persona que juega lo hace de forma moderada y puntual, sin asumir grandes riesgos. Esta es la práctica habitual de la población general que no genera problemas personales.

Pero esta afición puede convertirse en juego patológico y transformarse en un trastorno de tipo comportamental que consiste en la pérdida de control en relación al juego, una experiencia subjetiva de malestar y una dependencia psicológica que se manifiesta a través de un deseo irresistible a apostar, la modificación del estado de ánimo, el alivio o incluso euforia mientras se mantiene la conducta de juego, y la irritabilidad si no es posible satisfacer esta conducta.

Consejos para prevenir la adicción al juego en los más jóvenes.

  • Observar y estar atentos a cualquier conducta obsesiva como mirar c el móvil constantemente
  • Observar si existen síntomas de estrés, nerviosismo, cambios de humor o de estado de ánimo, ya que pueden denotar que la persona tiene o empieza a tener un problema.
  • Hay que controlar las tarjetas de crédito y las posibles deudas. Nunca hay que prestarles dinero para apostar.
  • Y en caso de sospechar el mas mínimo problema hay que contactar con un especialista para poner remedio lo más rápido posible.